Sí, la miel, el edulcorante con más historia, ¿Lo sabías?. Tanto si eres un fiel consumidor de este producto como si no, te invito a que leas este artículo para descubrir toda la historia de este edulcorante.
¿La miel es buena o es mala?
Estoy segura de que simplemente quieres que te conteste a esa pregunta, pero lo siento, como en cualquier otro alimento, no se puede otorgar un calificativo así sin conocer más del propio producto, su contexto y el tuyo.
Lo que sí te puedo decir es que, es un alimento mucho más interesante de lo que hoy saben las poblaciones más jóvenes, y que lleva miles de años entre nosotros, lo que nos hace suponer, que estaremos mejor adaptados que a otros edulcorantes.
Además, ha sido y es fuente importante de energía de algunas poblaciones. Se trata de un alimento que ha estado muy presente en la alimentación del ser humano. Lo consideramos dentro de las ventajas de la alimentación evolutiva, es decir, ha sido parte de la dieta de nuestros antepasados, cuyo consumo se remonta al menos a los primeros homínidos.
Un consumo que también se ha estudiado en los Hadza, una de las sociedades de cazadores-recolectores más analizadas porque apenas presentan enfermedades de la civilización.
El problema está en su composición y la reducción que se hace hoy día de la nutrición y la bromatología (ciencia que estudia los alimentos), y es que, por ser un 80% azúcares (naturalmente presentes en la miel, no es un producto que requiera absolutamente ningún tipo de procesamiento), y la demonización que ha sufrido el azúcar simple usado junto a otros ingredientes nada saludables para la producción de ultraprocesados, ha hecho que se asocie a la miel todo el halo negativo que se creó al azúcar refinado. Pero no merece estar en el mismo saco.
Algo que ya os he contado en alguna ocasión es que, gracias a la campaña de la Unión Europea en la que colaboro, que fomenta el consumo de miel de Europa, aprendí otras cuestiones interesantes sobre la miel más allá de su composición, por ejemplo, las distintas variedades de miel que he tenido la oportunidad de conocer en las catas y cuestiones medioambientales sorprendentes.
Y es que las abejas desempeñan un papel muy importante en la naturaleza, favoreciendo el equilibrio ecológico favoreciendo la biodiversidad.
Según Greenpeace, el 75% de la producción de alimentos depende de la polinización, y las abejas son los principales insectos polinizadores en Europa. Es más, el equilibrio ecológico no sería posible si no fuera por ellas. Más de 4.000 especies de plantas existen gracias a las abejas. Y es que el Parlamento Europeo apunta que el 84% de las especies vegetales dependen de estos pequeños insectos, a los que tenemos que cuidar.
“Las abejas podríamos pensar que no son necesarias para los humanos, pero sí para la vida tal y como la conocemos actualmente”
A nivel nutricional, la miel, a pesar de ser un alimento naturalmente energético, tal aporte lo hace a través de sus hidratos de carbono, ya que no contiene grasas, es un alimento con un bajo o reducido contenido de sodio. Un menor consumo de sodio contribuye a mantener la tensión arterial normal.
La miel es fuente de vitamina B6, una vitamina que con diferentes propiedades saludables para el organismo como contribuir al normal funcionamiento del sistema inmunitario y ayudando al cansancio y la fatiga, entre otras.
Entonces, ¿por qué existe tanta controversia con la miel?
Como he comentado, esto se debe a asociar con los efectos negativos del excesivo uso que se ha hecho del azúcar.
Al ser un alimento presente de manera natural en la naturaleza, el consumo de sus azúcares se hace en la propia matriz, con su pequeño pero interesante aporte de otras sustancia potencialmente beneficiosas y otros micronutrientes.
Compuestos fenólicos en la miel.
Fuente: Cianciosi D, Forbes-Hernández TY, Afrin S, Gasparrini M, Reboredo-Rodriguez P, Manna PP, Zhang J, Bravo Lamas L, Martínez Flórez S, Agudo Toyos P, Quiles JL, Giampieri F, Battino M. Phenolic Compounds in Honey and Their Associated Health Benefits: A Review. Molecules. 2018 Sep 11;23(9):2322. doi: 10.3390/molecules23092322. PMID: 30208664; PMCID: PMC6225430.
¿Qué ocurre?
Qué al compararnos con estas saludables tribus que usan la miel para conseguir energía y a su vez tomarán con ella otros nutrientes, nuestra vida es muy diferentes y el aporte de energía y azúcares que “podemos” consumir en nuestra vida sedentaria y enferma se reduce, por lo que, la culpa no es de la miel.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dice que debemos consumir un máximo del 10% de calorías al día provenientes de los azúcares, que serían unos 50 gramos. Pero no todos los azúcares son iguales. En el caso de la miel, como hemos dicho, esos azúcares están presentes de manera natural.
Los alimentos son más que sus componentes, son también la matriz en la que estos están, el patrón de consumo que tiene la población con ellos y su impacto medioambiental.
En un mundo donde nuestra alimentación impacta tan negativamente en el planeta, debemos potenciar aquellos alimentos que, como la miel, puedan generar algún beneficio medioambiental. Un aspecto que también debería ser un criterio para tener en cuenta.
¿Entonces cuánta miel y cómo?
Pues simplemente usa el sentido común, lo fundamental es llevar una alimentación saludable en general y una vida activa, y para disfrutar de la miel y de sus propiedades, úsala como te propone la campaña, una vez a la semana en un desayuno saludable que combine diferentes alimentos, y recuerda, elige miel europea.
Bibliografía interesante en relación con la miel:
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- Cianciosi D, Forbes-Hernández TY, Afrin S, Gasparrini M, Reboredo-Rodriguez P, Manna PP, Zhang J, Bravo Lamas L, Martínez Flórez S, Agudo Toyos P, Quiles JL, Giampieri F, Battino M. Phenolic Compounds in Honey and Their Associated Health Benefits: A Review. Molecules. 2018 Sep 11;23(9):2322. doi: 10.3390/molecules23092322. PMID: 30208664; PMCID: PMC6225430.