¿Qué es la intolerancia a la fructosa? ¿Qué dieta debo seguir para la dieta intolerancia a la fructosa?, hoy te contamos todo lo que deber saber sobre esta patología que cada vez afecta a un porcentaje más alto de la población.
Si padeces intolerancia a la fructosa en Valencia puedes acudir a nuestra clínica o tener una sesión de forma online, nosotras estaremos encantadas de ayudarte.
¿Qué es la fructosa?
La fructosa es un azúcar simple que se encuentra de manera natural en las frutas y la miel. Forma parte del azúcar común o sacarosa, formado por una molécula de glucosa y otra de fructosa. También está presente en algunos vegetales en forma de fructanos, moléculas formadas por una cadena de fructosa.
Un azúcar relacionado con la fructosa es el sorbitol que, al igual que la fructosa también se usa como aditivo y edulcorante en muchos alimentos elaborados.
Diferencia entre intolerancia y malabsorción
Antes de hablar de intolerancia a la fructosa tenemos que diferenciar entre intolerancia y malabsorción, ya que no es el mismo concepto. Para ello es importante entender los mecanismos de absorción de la fructosa.
La fructosa se absorbe en el intestino delgado, en las células del intestino delgado tenemos un transportador específico de la fructosa, llamado GLUT 5, que se encarga de llevarla desde la luz del intestino delgado hasta la circulación, donde es transportada al hígado para su metabolización.
Además de este transportador específico, hay otro, el GLUT 2, que transporta azúcares como la glucosa o la galactosa.
Esta absorción de fructosa disminuirá cuando exista la presencia del sorbitol, ya que parece ser que comparten transportador (GLUT 5). Esta es la razón por la que cuando se sigue una dieta para la intolerancia a la fructosa (baja en fructosa) también se limita el sorbitol.
Por tanto, la malabsorción se crea por la ausencia de este transportador específico (GLUT 5).
Sin embargo, hablamos de intolerancia cuando existe la presencia de los síntomas asociados a la malabsorción, ya que la fructosa que no ha sido absorbida llega hasta el colón donde se encuentra con unas bacterias. Este contacto entre bacterias y fructosa produce una fermentación que da lugar a la liberación de gases.
Malabsorción fructosa y sorbitol
La malabsorción de sorbitol, también es producida por la ausencia del mismo transportador especifico, el GLUT 5. Cabe destacar que aunque no exista esta ausencia de transportador, una persona puede absorber una cantidad limitada de sorbitol, en concreto unos 20-25 gramos aproximadamente. Es decir, si se supera esta cantidad puede producir los síntomas propios de la malabsorción de sorbitol, exista o no ausencia del transportador.
Por otro lado, en cuanto a la malabsorción de fructosa es importante saber que no es un mecanismo sencillo, pues hay personas intolerantes a la fructosa que sí pueden tomar sacarosa (glucosa + fructosa), esto sucede por qué la fructosa necesita de otro transportador no específico (GLUT 2) que comparte con otros azúcares como es el caso de la glucosa. En el caso de fructosa + sorbitol la absorción es muy difícil, ya que ambos son competidores por el mismo transportador.
También llamamos malabsorción a la intolerancia a la fructosa secundaria.
Tipos de intolerancia a la fructosa
Existen dos tipos de intolerancia a la fructosa:
- Intolerancia a la fructosa primaria o hereditaria: hay una deficiencia o ausencia de la enzima aldolasa B, mediada genéticamente, por lo que es hereditaria. No es lo más habitual. El consumo de fructosa se limita de por vida, se valora con un estudio genético.
- Intolerancia a la fructosa secundaria o malabsorción: es más frecuente, se valora con test de aliento. Como su propio nombre indica es secundaria a otra patología, normalmente se relaciona con la presencia de enfermedades intestinales como:
- enfermedad inflamatoria intestinal
- colón irritable
- gastroenteritis
- celiaquía
- sobrecrecimiento bacteriano
Si la enfermedad intestinal se cura, normalmente también desaparece la intolerancia.
Síntomas de la intolerancia a la fructosa
Si existe esta intolerancia o malabsorción a la fructosa se pueden dar algunos de los siguientes síntomas:
- flatulencias y gases
- distensión abdominal
- diarrea (explosiva)
- ruidos intestinales
- vómitos y/o nauseas
- retortijones
- dolor abdominal
- estreñimiento
Una intolerancia a la fructosa a largo plazo también puede provocar déficits de micronutrientes, alteraciones en la microbiota o aumento de la permeabilidad intestinal.
Dieta para la intolerancia a la fructosa
A la hora de elaborar una dieta para una persona son intolerancia a la fructosa debemos tener en cuenta que tanto el grado de malabsorción como el grado de intolerancia no es el mismo en todos los pacientes, será variable dependiendo del déficit del transportador y de la sensibilidad intestinal del paciente. Por lo que es importantísimo individualizar y personalizar las pautas alimentarias.
Algunas personas con capacidad limitada de absorción de fructosa pueden tener síntomas de intolerancia producidos por la fructosa no absorbida que llega al colon. En este caso el objetivo es limitar la ingesta de alimentos ricos en fructosa hasta un nivel que no provoque síntomas, según tolerancia individual. Es suficiente una restricción parcial, manteniendo en la dieta estos alimentos en cantidades tolerables para evitar el riesgo de carencias nutricionales.
La capacidad de absorción de fructosa mejora con la ingesta conjunta de glucosa, lo que generalmente supone una buena tolerancia a la sacarosa o azúcar común. Por el contrario, el sorbitol presente en algunos alimentos de forma natural o como aditivo (E-420) aumenta el riesgo de aparición de síntomas.
Recomendaciones para mejorar intolerancia a la fructosa
Recomendaciones que ayudarán a mejorar la tolerancia a fructosa y sorbitol
- Las frutas mejor toleradas son aquellas con bajo contenido de fructosa como:
- naranja, mandarina, plátano, limón, aguacate, kiwi, moras, fresas, arándanos, frambuesas, pomelo, uva y melón.
- Ingerir alimentos con fructosa en pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día
- Tomar sólo una pieza de fruta o equivalente cada vez, máximo 2-3 piezas al día.
- Verduras mejor toleradas:
- brócoli, acelga, espinacas, apio, alcachofas, berros, tapioca, setas (champiñones), lechuga, escarola y endibias. Las patatas viejas contienen menos fructosa que las nuevas.
- Mediante la cocción las verduras pierden fructosa (se pierde en el caldo de cocción, debemos desecharlo), lo que mejora su tolerancia.
- Limitar la ingesta de alimentos con un contenido de fructosa superior al de glucosa así como alimentos que contengan mezclas de fructosa y sorbitol. Esto ocurre en algunas frutas (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, melocotones, albaricoques,…), zumos de frutas comerciales, y algunos dulces (chicles, caramelos, golosinas,…).
- Los alimentos de origen animal (carnes, pescados, huevos,…) se pueden comer sin problemas si no están elaborados. En el procesamiento pueden añadirse fructosa y sorbitol.
- En general se deben evitar bebidas comerciales de frutas (zumos y refrescos) y todas aquellas edulcoradas con fructosa y sorbitol. Muchos medicamentos en jarabe contienen glucosa o sorbitol. Aunque la cantidad ingerida es pequeña y generalmente no provoca síntomas, consulte con su médico por posibles alternativas.
Si necesitas unas pautas o dieta personalizada que te ayude a mejorar tus síntomas y tu calidad de vida puedes ponerte en contacto con nosotras aquí.
María Llacer
Ana Álvarez
Clínica fit con Q – Dietistas-nutricionistas en Valencia