El baby-led weaning o BLW es un término inglés creado por la enfermera especialista en pediatría y matrona británica Gill Rapley en 2008. Traducido al castellano vendría a ser “alimentación guiada por el bebé” o “alimentación complementaria a demanda” y una auténtica revolución en la alimentación de los más peques.
Se presenta como una alternativa a la alimentación complementaria tradicional y consiste en ofrecer al bebé alimentos sólidos blandos que pueda coger con sus manos para llevárselos a la boca, masticarlos con los dientes o con las encías y, una vez se sienta preparado, tragárselos.
De esta forma, y a diferencia de la alimentación tradicional, el bebé adquiere un papel activo en su alimentación, cómo ocurre con la lactancia materna. Así pues, el adulto no le da de comer, sino que sólo le proporciona alimentos saludables, preparados de forma adecuada y segura donde el bebé decide si se los lleva a la boca o no.
¿Tiene beneficios respecto a la alimentación tradicional?
El BLW presenta importantes beneficios para el bebé.
Previene la obesidad, ya que el aporte calórico y proteico suele ser menor que en la comida de bebé triturada. La calidad alimentaria de los triturados depende de quién los prepara y en ocasiones se tiende a sobrecargarlos. Por otro lado, el BLW favorece que sea el bebé quién se lleve la comida a la boca regulando de forma más eficaz el desarrollo de la sensación de saciedad.
Las niñas y niños que adoptaron el BLW tienen una mayor aceptación de los diferentes alimentos. Se les acostumbra a más texturas y sabores lo que fomenta hábitos saludables, tienen una actitud positiva hacia la comida y aprenden a comer despacio, manteniendo más tiempo los alimentos en la boca.
Mejora el desarrollo psicomotor debido a un aumento de la práctica óculo-manual, ya que es el bebé el que coge los alimentos y se los lleva a la boca.
Si se adopta este modelo de alimentación complementaria habrá una única transición, de la lactancia materna a la alimentación en familia.
El bebé entenderá la alimentación como un juego en el que participa toda la familia, haciendo que sea un momento divertido y agradable. Además, despertará su interés por explorar y experimentar.
Puntos clave para que el BLW sea un éxito
- Es importante recordar que el alimento principal del bebé hasta los 12 meses es la leche, tal y como indica la OMS, por lo que no debemos sustituir las tomas de leche por otros alimentos, sino complementarlas y dejar que el bebé explore y coma a su ritmo. Seguramente los primeros días tan solo toque la comida y no se la lleve a la boca, es normal, debemos ser pacientes y no agobiarnos con la cantidad que ingiera.
- Cuando vayamos a ofrecer los alimentos a nuestro bebé es posible que no tenga hambre.
- Al principio aún no sabrá gestionar bien los alimentos y se va a frustrar si tiene hambre y no poder saciarse de manera rápida.
- Tampoco debe tener sueño ya que no estará receptivo a probar, disfrutar ni experimentar. Incluso puede ser muy peligroso si el bebé se queda dormido con comida en la boca.
- Es fundamental que los adultos nos adaptemos al horario del bebé para tratar de encontrar el momento “ideal” para comer y no al revés.
- El BLW, no se caracteriza por ser el método más limpio y pulcro. Literalmente la comida vuela, podemos encontrar comida en cualquier lugar. Pero mejora cuando comprenden el significado de sentarse a la mesa y al desarrollarse su control motriz. Cabe recordar que no hay suelo que no se pueda limpiar ni ropa que no se pueda lavar. Paciencia.
Me gusta el método, pero ¿por dónde empiezo?
- Se deben ofrecer los mismos alimentos que el resto de la familia, siempre y cuando los alimentos que se ofrezcan sean saludables. Debemos ser su ejemplo, ya que los niños aprenden por imitación.
- Los alimentos tienen que estar un poco más cocinados, se debe conseguir una textura que no esté tan blando que se deshaga ni tan duro que no se pueda morder. Se debe poder aplastar con la lengua en el paladar, así comerán los bebés, aunque no tengan dientes.
- Al inicio de la alimentación y durante los primeros meses los alimentos se ofrecerán en forma de bastones, de tal forma que los pueda agarrar bien con la mano y se le salga un poco por arriba y por bajo del puño.
No hay una edad determinada para empezar a ofrecer trozos más pequeños ya que dependerá del desarrollo psicomotriz de cada niño. Aproximadamente entre los 8 y 12 meses los niños serán capaces de cambiarse los alimentos de una mano a otra e irán perfeccionando la técnica del agarre hasta que sea capaz de coger las cosas más pequeñas mediante la oposición del pulgar y el índice en forma de pinza.
No podemos olvidar que una dieta equilibrada y saludable es indispensable para el adecuado desarrollo del bebé. El BLW es seguro si se siguen unas pautas básicas por lo que es fundamental formarse y conocerlas para saber cómo actuar. Si necesitas ayuda, puedes contactar para que te ayudemos con ello.
Independientemente del método que elijas, recuerda que hagas lo que hagas estará bien hecho, si lo hiciste con amor. Y no hay amor más grande que el que se tiene por un hijo.
Por Javier Pérez. Enfermero de Urgencias y emergencias. adre de dos niños. Alumno en prácticas de Máster Nutrición y Salud de la VIU con Paloma Quintana dentro del equipo Nutrición con Q®